¡Buenos días!
Empezamos la última semana completa de octubre y yo o quiero hacerlo enseñándoos algo que hice este verano pero que, personalmente, me transmite un cierto aire otoñal: es una cajita de fresas que andaba por ahí rodando sin yo haberla visto y que, justo cuando iba a ser tirada a la basura, tuvo la suerte de que mi tía dijera que si podía darle un lavado de cara para poner en ella las cremas, colonias, pomadas y demás que mi abuela . Y, por supuesto, le decoré la caja de fresas a mi abuela.
El proceso fue muy sencillo. Después de darle una capa de gesso la pinté por dentro y por fuera en blanco con acabado brillo que, aunque no es un tipo de pintura que me pirre, le da un toque muy bonito a la caja.
Para la decoración creé dos clusters a base de die cuts de flores, hojas y algún corazón en tonos suaves y con toques de foil dorado que coloqué contrapuestos en el frente de la caja. Y para personalizarla más aún compuse, un poquito escorado a la izquierda, el nombre de mi abuela con unos Thickers de chipboard imitación madera que le va muy bien.
¿Os parece tan mona como a mi? Aunque... ¡Qué va a decir la madre de la criatuta!
Nos leemos..
Preciosa caja Olga, me ha encantado el detalle de las flores.
ResponderEliminarBesos guapa.
Muchísimas gracias Olaya! 😘
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